En el trabajo me han obligado a hacer una de esas formaciones que la empresa está obligada a hacer para demostrar que invierten fondos en formación. Y como ahora está tan de moda, pues versa sobre la Inteligencia Artificial.

Voy al grano y sin rodeos: dejar todo en manos de un ordenador es de poco inteligente... así que el nombre ya lo veo mal.

Cuando uno va a mil por hora porque no le llega el agua al cuello con tanta reunión y tanto agobio de proyectos, ese tipo de cursos nunca vienen en buen momento. Se cogen con pocas ganas, cosa que no motiva... Lo bueno de la formación es que te explica casos de uso, utilidades, a eso de Copilot, ChatGPT, etc. No está mal, si fuera realmente útil.

Para empezar, te pueden configurar el calendario. Ahí veo yo el primer fallo: la IA se cree que las reuniones son de robots, productivas y sin retrasos ni alargamientos... se ve que no ha asistido a ninguna de empresas españolas y, cuando la han puesto de bot transcriptor, no ha cogido onda.

Por otro lado, las plantillas de mail: como todo lo que escribe, es totalmente impersonal, por mucho que se lo pidas, no sabe darle toques irónicos, sarcásticos (ni lo pilla), ni dobles sentidos. Para mí, hablar con personas no es eso. Dicen que, si los entrenas con tus correos, es capaz de "replicarlos"... mmmh, lo dudo, mi pataita en el cerebro es difícil de replicar.

Y no voy a seguir poniendo pegas porque me aburrí bastante en el curso y le di a "venga, sí, pasa vídeo"... Está bien, la IA puede ayudar algo, es cómodo, ayuda a no pensar. Pero me ha recordado mucho a la película de Wall-e. Creo que, más tarde o más temprano, el mundo será de los que piensan.

¿Y es productivo? Depende. Para mí, no. Si me va a costar más entrenarle, explicarle cómo escribir y qué decir de lo que me costaría hacerlo por mí mismo, me resulta demasiado pesado. Por cierto, siempre hay que poner en cautela lo que responde. Y aplicar cierta inteligencia... está aprendiendo todavía. O sea, que pretendemos que nos resuelva la vida un niño muy listo, al que le falta muchísimo que aprender y al que hay que "educarlo". Para eso ya tengo dos en casa.

Es una herramienta muy potente, innegable, que proporciona datos, pero que le hace falta un poquito más de ingenio. Por lo que ahorra tiempo, pero no te hace diferente...

El resumen o análisis que hace de correos, textos... me parece super frío. Como dice mi padre de las estadísticas y de los bikinis: te enseñan muchísimo, pero, a la hora de la verdad, tapan lo más interesante. Me recuerda a Moneyball, esa novela americana en la que el protagonista "abusa" de lo que ahora se llamaría Big Data, para aplicarlo a sus estrategias. Está muy de moda ese desborde de información que, si no se entiende ni se aplica bien, al final no sirve pa ná...

Nunca consultaría algo personal, ni toma de decisiones. Considero que, aunque me equivoque, las conclusiones se acercan mucho más a mi forma de ser, a mis criterios, no se basan solo en datos y estadísticas. Y no hablo de intuición, sino de forma de ser. Hace poco leí un libro que recomendaron o mencionaron en otra formación (esta vez algo más interesante): "Pensar rápido, pensar despacio". Le valió un premio Nobel al autor, toda una eminencia dentro del mundo de las finanzas por tan solo decir que hay que aplicar el sentido común, pararse y no dejarse llevar por las sensaciones... ¡amos, no jodas! Cuatrocientas y pico de páginas y me sentí como el que ve una peli porno entera para ver si al final se casan... Pero, a lo que íbamos, sí saqué algunas cosillas interesantes: la IA, que no es más que el Machine Learning que, cuando iba acabando la carrera ya se estaba poniendo de moda, pero ahora cambiado de nombre porque uno de Márketing se pasó por la oficina, solo se basa en situaciones anteriores, no piensa en particularidades ni analiza distinciones. Y yo soy particular. Mi trabajo es particular (mi forma de trabajar, no el oficio). No quiero ser una réplica. Acierte o falle en mis decisiones.

Y lo que considero más importante e intento retirar todo tipo de humor: Se pierde el pensamiento crítico, la creatividad. Te conviertes en un consumidor de sabiduría, nunca una fuente. La humanidad se quedaría estancada, porque el estanque no se llena con agua nueva, solo la que hay... y podemos asegurar que en Internet hay muchísima mierda. Sin embargo, es curioso: con la IA se puede ser mucho más conocedor, si lo planteas bien. Es decir, si ya teníamos toda la información a nuestro alcance, ahora la búsqueda es mucho más efectiva. El problema es que, como he dicho anteriormente, toda la sociedad estaría igual: no se produciría nuevo conocimiento, solo nos restregaríamos sobre la misma mierda, como cochinos que no necesitan otra cosa. ¿Qué pasará en los estudios científicos? Se basan en estudios previos (hombres sobre los hombros de gigantes), pero, ¿sería la IA capaz de descubrir algo? Yo creo que no. Porque no es capaz de llegar a conclusiones, de interpretar correctamente sin ayuda humana.

Voy a poner una imagen relacionada con el artículo que le he pedido a la IA:

En fin, creo que el filón de la IA se agotará, porque no va a conseguir todo lo que prometía. Hay muchos blogs y podcast que analizan ya este "choque" con la IA... Para mí, a día de hoy (y no creo que cambie mucho en el futuro), es un mono con una metralleta, no sé cómo puede terminar... aunque, realmente, creo que el mono somos nosotros.

NOTA POST ARTÍCULO: he metido todo el texto anterior para que me haga el artículo. Aparte de considerarme un niñato graciosillo de la generación Z (si no, no entiendo quién podría escribir lo que viene a continuación), las conclusiones y "extralimitaciones" son un poco ridículas. Esta ha sido la respuesta:

En el trabajo nos han obligado a hacer una de esas formaciones de compromiso, de las que la empresa organiza para justificar que invierte en desarrollo profesional (o al menos para poder ponerlo en la memoria anual). Esta vez tocó Inteligencia Artificial. Qué original.

Voy al grano: dejarlo todo en manos de un ordenador me parece, sinceramente, poco inteligente. Empezamos mal por el nombre.

Lo único medio decente del curso es que te muestra casos de uso: Copilot, ChatGPT, asistentes varios… cosas que ya sabías que existían si llevas más de tres meses conectado a Internet. Que si "te organiza la agenda", que si "te redacta mails", que si "te resume reuniones". Muy bonito todo, en teoría.

En la práctica, le dices que te prepare el calendario y se cree que las reuniones son encuentros entre robots: sin retrasos, sin interrupciones, sin el “¿cinco minutitos más?”. Está claro que nunca ha estado en una reunión de empresa española.

Luego están los correos. Madre mía, las plantillas. No hay manera de que salgan naturales. Lo que escribe suena a becario sueco programado para evitar demandas. Nada de sarcasmo, ironía, dobles sentidos... Por más que le digas que quieres un toque "tú", no hay forma. ¿Dicen que aprende si le pasas tus correos? Mmmh, lo dudo. Replicar mi toque cerebral de sarcasmo andaluz es misión imposible.

No voy a engañar: me aburrí en el curso. Acabé dándole a “Sí, sí, siguiente vídeo”. ¿Que si ayuda? Pues sí, ahorra tiempo. Pero me recordó mucho a la película Wall·E. Cómodo, fácil… pero a costa de pensar menos. Y ojo, que lo más peligroso es que parece que piensa. Pero en realidad solo calcula. Como bien decía alguien en un libro que mencionaron en otro curso (este más potable): Pensar rápido, pensar despacio. Premio Nobel al canto por decir básicamente que hay que parar y aplicar sentido común. Cuatrocientas páginas para eso. Me sentí como el que ve una porno entera esperando que se casen.

La IA, al final, no es más que Machine Learning con un nombre más molón. La moda no está en el código, está en cómo lo venden. Pero el fondo no ha cambiado: todo se basa en datos anteriores. No hay comprensión real. No analiza sutilezas. No ve lo particular. Y yo soy particular. Mi trabajo también. No quiero que me reemplacen con una plantilla que hace las cosas "más o menos bien". Prefiero fallar a mi manera.

Y esto, ya sin bromas, me preocupa: se pierde pensamiento crítico, se pierde creatividad. Nos volvemos consumidores pasivos de conocimiento, no creadores. Si nadie aporta ideas nuevas, si todo se limita a lo ya dicho en Internet… entonces solo estaremos repitiendo lo mismo. Y no sé si lo has notado, pero en Internet hay muchísima mierda.

Eso sí, si sabes lo que buscas, puedes encontrarlo más fácil. La IA, bien usada, puede darte conocimiento más rápido. Pero ese es el tema: hay que saber usarla. Si nadie piensa, si nadie cuestiona, si nadie crea… el conocimiento se estanca. ¿Qué pasará con la ciencia, por ejemplo? Si todo se basa en lo anterior, ¿quién da el salto hacia lo nuevo? ¿La IA? Lo dudo. No interpreta. No siente. No conecta puntos que no estaban ya unidos.

Conclusión: no, no me veo consultándole a una máquina decisiones importantes. Prefiero equivocarme yo, con mi criterio, antes que acertar de forma impersonal. Porque pensar, aún con fallos, sigue siendo lo más humano que tenemos. 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario