Bueno, pues nuestra siguiente guía es ¡en Múnich!
Por
si no me conocéis en twitter o no habéis leído mis tonterías habituales
en redes sociales, fui a Múnich recientemente acompañando a mi equipo
de fútbol, el Sevilla FC, con mi padre y mi hermana, en una visita "exprés",
entresemana, por los cuartos de final de la UEFA Champions League. La
experiencia fue maravillosa, porque pudimos disfrutar de una ciudad muy
agradable durante un día y medio que estuvimos en Alemania, en el mes de
abril. Por eso, nuestra visita es un poco especial, porque teníamos una
cita importantísima por la tarde y eso condicionaba mucho la visita de
la ciudad. En cualquier caso, os damos unos puntos claves que no pueden
perderse de la ciudad monegasca:
Para
empezar, toda ruta o paseo en Múnich debe comenzar en la Marienplatz,
la plaza de María –a la que podemos llegar de muchas maneras, entre
ellas la más común, el metro, que tiene la parada llamada "Marienplatz station"–. Las 10'30 o las 11 de la mañana sería una hora muy buena para empezar a pasear.
En Marienplatz encontramos algunos de los principales monumentos de la ciudad, como elneogótico Neues Rathaus o su antecesor, el Altes Rathaus. Ambos son reconstrucciones de losoriginales,
destruidos en la II Guerra Mundial. En medio mismo de la plaza, la
Columna de María, con su escultura de la Virgen María bañada en oro.
Vista
la plaza en unos minutos –puede que hayamos incluso coincidido con el
“carrillón” de las horas en punto–, seguimos en dirección a la iglesia
de San Pedro, Alter Peter, a la que llegamos en unos metros por la calle
de Rindermarkt (es la bocacalle en la que está el Deutsche
Bank). La torre de esta iglesia ofrece un mirador con espectaculares
vistas. No cabe menospreciar tampoco el impresionante interior barroco.
Seguimos en busca de la comercial Sendlinger Strasse, con la idea de alcanzar la pequeña iglesia rococó del Altstadt muniqués, la Asamkirche. Vamos bajando la Rindermarkt hasta
una especie de plazoleta, y giramos un poco para coger la calle tan
comercial. Al final, estará la iglesia que habría que ver. Es
verdaderamente impresionante por dentro. Nos pareció espectacular.
Evidentemente muy "recargada", pero está chula.
Regresamos sobre nuestros pasos para torcer a la derecha por la Hermann-Sack- Straße. Salimos a Oberanger y subimos hasta el Munchner Stadtmuseum, donde volveremos a girar a la derecha, para subir por Rosental. Este giro nos conduce al mercado central, Viktualienmarkt, no sin antes pasar por delante de la Nueva Sinagoga, el Museo de la Ciudad y el elegante mercado gourmet de Schrannenhalle.
Sobre
Viktualienmarkt, bien vale un paseo descubriendo tiendecillas de todo
tipo. Había de quesos -impresionantemente ricos, aunque algo caros-, de
especias, de pescados y mariscos, de embutidos -también espectaculares-,
etc. Si el tiempo acompaña, puede ser buen lugar para tomar una
cerveza en su biergarten.
Pueden
ser alrededor de las 12’30 de la mañana. Tras desayunar una weisswurst y
una cerveza de trigo en el biergarten de Viktualienmarkt, o bien en una
cervecería de la zona –como puede ser la Weisses Bräuhaus o Beim Sedlmayr–, ahora vamos por la calle Tal en busca de la Isartor.
La última cervecería que hemos nombrado nos coge de camino. Y en
Isartor es donde estaba el plato que le habían dicho a mi padre como
recomendación, una especie de "sanjacobo" gigante con el que uno se
quedaba más que despachado... Podemos comerlo YA, o esperar a después,
depende de vuestras ansias carnívoras... Tenemos que coger por Westenriederstraße, saliendo del mercadillo por enfrente “de donde veníamos”, es decir, como si nos hubiéramos cruzado el mercadillo simplemente.
Después
de ver “la puerta”, la Isartor, una de las tres que quedan del antiguo
recinto amurallado, giramos a la izquierda (o derecha por donde
veníamos) y entramos en la Marienstrasse. A la altura del lujoso hotel Mandarin Oriental la calle cambia de nombre en honor a nuestra siguiente parada. Es la Bräustrasse, que nos conduce directos a la Hofbräuhaus (HB).
En la Hofbräuhaus am Platzl podemos
repostar en caso de no haberlo hecho con anterioridad. A mediodía, la
cervecería más famosa de Múnich se presenta tranquila, algo totalmente
diferente a lo que en realidad es: un local por el que pasan casi millón
y medio de clientes al año, en el que caben 5.000 personas juntas.
Aunque no paremos a tomar nada, se recomienda recorrerla de abajo a
arriba, incluyendo la sala de conciertos en la segunda planta.
Una
vez fuera, giramos a la derecha según veníamos, en la esquina que hacía
el edificio que hemos visitado. Llegaremos a una plaza, la cruzaremos y
cogeremos por la calle de la izquierda. Nuestro camino sigue hacia el
antiguo palacio real –Alter Hof– por la Pfisterstrasse.
Este palacio Real se puede cruzar y, de hecho, tenemos que salir por la
salida de la derecha, según la que habíamos entrado, la Dienerstraße. Y avanzar todo recto hasta la plaza de Maximiliano José, donde encontramos la sede de la Ópera y el Palacio Real, la Residenz.
Ya será la 1 y media de la tarde, creo. Nos dio pena, pero con tan poco tiempo no fue posible entrar a la Residencia, ni tampoco callejear demasiado por la lujosa Maximilianstrasse, tenemos que conformarnos con hacerlo por la Residenzstrasse hasta alcanzar Odeonsplatz. Aquí encontramos la Fedlherrnhalle, la iglesia de San Cayetano y la Theatinerkirche.
La ruta sigue por la Theatinerstrasse, como “rodeando” la esquina por donde veníamos ycogiendo su paralela, hasta la galería comercial de Fünf Höfe. Si la cruzamos por el interior, através de la calle principal, llegamos a la plaza de la catedral. La Frauenkirche, aunque tambiénreconstruida,
exige unos minutillos y un paseo por sus naves de estilo gótico. A
pesar de estar encajonada entre edificios altos, no hay que restar
importancia y altura a esta catedral, con capacidad para veinte mil
feligreses. Es uno de los iconos principales a nivel local.
No muy lejos de allí, remontando la Kaufingerstrasse,
es interesante pasarse también por el gran templo renacentista
muniqués: la iglesia de San Miguel. A una fachada preciosa, sumamos un
interior no menos atractivo, con su bóveda de cañón y las tumbas de
algunos reyes y gobernantes bávaros.
Serán
las 2 de la tarde, ya largas. Es hora de comer. Volvemos a por una
salchicha a un puesto de Viktualienmarkt; comer una pizza en los
céntricos l’Osteria, Ocui, Oh Julia o Grano; o bien sentarse en una cervecería junto a la catedral, para los turistas gastronómicos. Como veamos.
Si
queremos volver al mercadillo (que tiene toa la pintaca de que sí y es
lo que recomiendo), sólo tenemos que cruzar la plaza de la catedral,
giramos a la izquierda y llegaremos a nuestro punto de partida de por la
mañana. El mercadillo estaba muy cerca de allí.
Tras
la comida, que será sobre las 15 ó 16, nosotros ya tuvimos que calcular
el desplazamiento al estadio (está muy lejos y necesita bastante tiempo
de antelación para llegar), así que ya tampoco es plan de dar muchos
más pateos, ni alejarnos de estaciones que nos lleven al partido.
A
continuación, vamos a dar las recomendaciones por si se va al estadio.
Después pondré otra ruta alternativa por si no nos interesa el tema
futbolero:
A las 19, sí o sí, debíamos tirar para el estadio. Desde la plaza de María, sólo tenemos quecoger la línea azul U6 en dirección a Fröttmaning y bajarnos a las 11 paradas (alrededor de un cuarto de hora, es la última) y continuar otro cuartito de hora andando… el estadio se debe ver. VAMOS, ES QUE SE VE.
Si no vamos al estadio:
Vamos a visitar el Englischer Garten a través de Odeonsplatz –o bien en metro o bien desandando el tramo final de la mañana–. Primero cruzamos el Hofgarten y luego pasamos por delante de la Haus der Kunst. Lo mejor, a mi modo de ver, es no entrar en el Jardín Inglés por el primer camino, sino caminar por Prinzregentenstrasse junto al parque hasta alcanzar la zona de la ola de surf. Un pequeño detalle que merece una fotografía.
Ahora sí, momento de entrar en el Englischer Garten, el inmenso jardín metropolitano en el que podemos pasear junto al Eisbach o visitar pequeños monumentos como la Torre China.
Una vez visto el Jardín Inglés, podemos salir por la Giselastrasse. Esto es, la parte baja del barrio de Schwabing donde
encontramos preciosos palacetes modernistas. No sé qué tiempo estarás
en la ciudad, pero mi consejo si vas poco tiempo es tomar la línea U3 de
metro en dirección Moosach y llegas directamente al complejo de
BMW y el Parque Olímpico, que me lo recomendaron bastante, pero por el
tema del partido, tuvimos que desecharlo... Llegaríamos casi a la hora
de cierre, si hemos seguido esta ruta, pero puedes planearte una visita,
si vas a estar más tiempo en la ciudad.
Saliendo
de BMW, simplemente hay que cruzar el puente peatonal sobre la autovía
para entrar en el parque olímpico. Es el parque construido para los
Juegos Olímpicos de 1972, donde podremos disfrutar de una sofisticada
arquitectura en un ambiente de calma total. Los que no se cansen y sean
más "fatiga", como yo, pueden encontrar unas maravillos vistas de toda
la ciudad desde lo alto de Olympiaberg, o bien desde la Olympiaturm. Uno
tiene que pagar entrada y el otro es gratuito. Ya ustedes eligen.
Pues
hasta aquí la guía de Múnich. Es una visita muy exprés y con las
recomendaciones más importantes que me habían hecho compañeros de
trabajo que estuvieron allí, algunos amigos que había visitado la ciudad
y otros blogs que andan sueltos por la red, como el mío. Yo me he
encargado de reunirlos junto con mi experiencia, que fue espectacular,
dicho sea de paso. Y os pongo un vídeo sobre aquél desplazamiento en el
pasado mes de abril.
Espero que os guste la ciudad y os haya servido este artículo, hecho con cariño, como siempre ;)
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