Primero hay que saber quién es Elon Musk: Es un empresario-emprendedor-ingeniero-inversor-científico-gurú de Silicon Valley del que podéis conocer mucho en las páginas webs de tecnología y avances casi futurísticos. Evidentemente, en la Wikipedia seguro que también viene muy bien.
La biografía de la que voy a hablar está escrita por Ashlee Vance. El libro me lo regaló un íntimo amigo con el que estoy en un grupo bastante "friki" y donde solemos hablar de los "inventos" de Elon Musk, además de otras cursiladas de Apple, ya que, aquí mis amigos, son fanboys de la marca de la manzanita roída.

Sinceramente, la biografía de Elon Musk -que al principio no sabía ni cómo se pronunciaba- me ha dejado impactadísimo. Tenía miedo de que fuera una de esos libros ñoños en los que sólo se habla de lo maravilloso que es el personaje retratado. Nada más lejos de la realidad. Me impactó muchísimo. No sólo por el aspecto profesional, siendo uno de los inversores más importantes de la industria tecnológica en Silicon Valley, fundando (o co-fundando a veces) importantísimas empresas de caracter online o relacionadas con tecnología e ingeniería, además de haber dado buenísimas ideas para empresas digitales; sino que también me ha impresionado mucho su vida personal y su forma de ser.

Creo que cuando terminé el libro llegué a la conclusión de que había dicho varias veces la misma frase: "Este tío es un tirano porque el dinero se lo permite". Puede que no sea la mejor reflexión que ofrezca el libro, ni la única a la que se llega. Pero sí es un comentario que me pareció acorde a lo que había leído.

El propio escritor reconoce que durante un tiempo dudaba de escribir nada sobre el inventor, puesto que era una persona difícil de "centrar" y que en todo momento estaba pensando en cosas a un nivel fantástico, futuribles, aunque muy conversador cuando se habla de temas tecnológicos. Comenta  que quería llevar siempre la conversación a sus cauces, aunque es una persona muy tímida, según dice el escritor. No sé yo si cuando llegó a una reunión de socios y accionistas de su empresa diciendo que estaba deseando despedir a la mitad de la plantilla para poder conseguir los objetivos del año, parecería muy tímido. Es verídico. Hay muchas más situaciones tensas de ese estilo contadas en el libro, Elon Musk no se arrepiente de casi ninguna y considera que una biografía sin ello sería absurdo y permite al escritor que lo cuente. Por eso, el escritor no niega en ningún momento, y es de las cosas que más me gustan de este libro, que no se corta, en decir que es un auténtico déspota. Que todo vale por conseguir lo que él quiere.
Y, claro, al principio le costó mucho: lo echaron de empresas que él mismo fundó, se peleó con su socio en otra de las empresas que "ideó", etc. Pero eso fue cuando no tenía dinero. Bien es verdad, que con el tiempo, al pobre Elon Musk le han dado la razón en la mayoría de los casos, mostrándose que él estaba en lo cierto cuando hablaba de algo que iba a ser novedoso, algo que iba a triunfar o de algo que lo consideraba absurdo. La cosa cambió cuando era un multimillonario de Silicon Valley, con casas en Los Ángeles y San Francisco, con jets privados que le permitían pasar el fin de semana en Disneyland París con sus hijos, que iba a los conciertos de sus amiguetes californianos y se volvía a una reunión en la costa Este... en fin, un RICO, con todas las letras. Muy rico. Desde ese momento, sólo los asesores de imagen y de comunicación de sus empresas (él lleva su propia cuenta de Twitter porque odia a los Community Managers) son los que le plantan cara. Hace y deshace plantillas de trabajadores en sus empresas como quiere, despide ingenieros así por las buenas que le lleven la contraria, en cualquier momento te puedes ver en la pu** calle si no funciona lo que haces en tu trabajo o si no tienes una solución que lo "arregle". Es decir, un hijo de puta también con todas las letras, no nos andemos con tonterías. Las permisivas leyes estadounidenses en ese tipo de sectores industriales impiden que la gente se le eche encima. Por ahí se salva.

Es innegable su valor como ingeniero, como inventor, como "ideólogo" de un futuro mejor. Es impresionante cómo va a cambiar el mundo gracias a Tesla, a SpaceX y cómo lo ha hecho ya con empresas menos famosas, pero que fueron el germen de una tecnología absolutamente pensada para el hombre del futuro y basada en el respeto al medio ambiente. Declaración de intenciones hay publicadas en internet miles, en el libro viene otras cuantas muy interesantes, como la de estar ideando una cadena de hoteles para alojarse en Marte o la luna. ¿Por qué no?
Pero prefiero pensar en los avances de Tesla, el coche eléctrico. Me parece una pasada y que todo el código del software interno esté "en abierto". El co-working, que ahora está tan de moda, pero aplicado de verdad. Todo el mundo puede ver cómo funciona el mecanismo del automóvil. Insisto, una pasada. Y que pretenda tener una red de estaciones de recarga en todos los Estados Unidos... buf, es el principio de un nuevo mundo, la verdad, al menos lo pienso así.

En fin, es un personaje muy particular del que conocía muy poco, por lo que he podido leer, y que ahora sigo con mi Twitter profesional (@akes_teleco), espectante de cualquier novedad o tuit que publique en su cuenta personal o en la de alguna de sus empresas más potentes. No os voy a engañar, estaría chulo trabajar en esas empresas por lo que supone en cuanto a avances para un ingeniero, pero la presión y la sensación de angustia que se debe vivir en esas oficinas tiene que ser insoportable. Al menos yo no sería capaz de tolerarlo, puesto que la dignidad, el orgullo y lo personal, creo que está muy por encima de lo laboral.

Podéis comentar lo que queráis sobre Elon Musk si conocéis los avances en los que ha participado o si habéis leído el libro. Por cierto, el amigo que me lo regaló es el autor de "Fanáticos Viajeros", el blog del que siempre suelo hablar cuando os hablo de mis viajes y rutas...

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