Puede que llegue un poco tarde, aunque en internet creo que no se puede decir nunca qué es tarde, porque las cosas van y vuelven como quieren... Pero hoy publicaré una pequeña guía de playas a las que se puede viajar por el norte de Portugal.

Mi mujer y yo llevamos un par de veranos visitando aquella zona. La primera vez fue planificada, la segunda algo improvisada, pero como conocíamos ya el terreno, pues nos lanzamos sin miedo. Estamos hablando de la provincia de Mafra, junto a la capital de Portugal, Lisboa. Nosotros somos del sur de España, por lo que en cinco horitas podemos plantarnos allí y con muy buenos accesos por carretera (la ruta de la plata y las autovías con peaje portuguesas son muy cómodas).

Vamos a comentar algo sobre cada una de los siguientes pueblitos costeros: Nazaré, Óbidos, Ericeira, Foz de Lizardo, Peniche y la isla de Baleal. Y ya que estamos por aquí, podemos visitar Lisboa y Porto (Oporto).

Playa del norte de Nazaré, aislada del pueblo y un auténtico paraíso natural
Como siempre que hacemos cuando visitamos varias poblaciones, ponemos una "estación base". El primera año nos quedamos en Ericeira, pero el segundo fuimos "bajando" desde Oporto, hasta Lisboa, según íbamos viendo las ofertas de los hoteles. Este camino puede ser el más interesante, para que no demos demasiados "tumbos" por Portugal, ya que Oporto está demasiado al norte...

Dejamos las ciudades grandes para un artículo posterior, ya que merecen uno aparte, y nos centramos en la costa:

Nazaré: Es famoso por el faro, desde donde se tiene unas vistas increíbles. Aunque más famoso es porque se consiguió el récord de ola más grande surfeada en la historia. Es un pueblo muy surfero, como gran parte de esta región, pero en este caso, tienen hasta un monumento al surf. Hay dos playas: una más familiar y próxima al pueblo (Playa de Nazaré) y otra a la que se tiene más difícil acceso, pero que es una maravilla, un auténtico paraíso virgen, llamada Playa del Norte.
Como es lógico, la primera playa tiene mas sitios cercanos para comer, con una placita muy visitada por los turistas y con varias calles con muchísimos bares y restaurantes que ofrecen marisco y pescados a la plancha. Los precios no son para nada caros, aunque es evidente que si vas al típico bar con la carta con cuatro idiomas, especializado en timar turistas, pues... ya sabes. Nosotros fuimos a un indio que era espectacular, de los mejores restaurantes exóticos que he probado nunca. Se llama Little India y está en una calle muy estrechita (como casi todas las de este pueblo), que se llama Rua Adriao Batalha. ¡Cuidado con el GPS! Esta zona está compuesta por muchas calles paralelas y verticales, como se puede ver en la captura de Google Maps si pinchas sobre ella, y la precisión de vuestro móvil es decisiva para que no terminéis en dos calles más "pallá"...
Después está la otra playa, la playa del Norte. Punto y aparte. Como decíamos al principio, perfecta para el relax y la tranquilidad. Se puede visitar el famoso faro y el monumento al surf que comentábamos antes.



Playa de Nazaré, a los pies de su centro urbano. Mucho más masificado en los dias de apogeo veraniego.

Vista desde el faro de Nazaré. A la derecha está la playa vacía y a la izquierda el centro urbano.




Peniche y la Isla de Baleal: Es una población con una disposición un poco extraña en el terreno. Lo podéis ver en el mapa que os adjunto si pincháis sobre la imagen. En la parte de la izquierda se puede ver el núcleo urbano del pueblo; y, a la derecha, en una pequeña península (aunque no se llama así), la isla de Baleal.
Esto hace que podamos tratar por un lado el propio pueblo de Peniche (donde está su centro histórico y demás) y, por otra parte, la Isla de Baleal. Hay varias playas por tanto. Podemos quedarnos en la más extensa (do Campismos), que está en la parte de Baleal, e ir andando hacia la isla para conocerla o "bajar" hasta la parte más cercana al pueblo. Ese paseíto puede merecer la pena. Los lugares para comer en Baleal están justo donde empieza la bifurcación de la isla.
En cuanto a Peniche, la playa es muy parecida, porque básicamente es su continuación, pero está más cerca del centro, lo que puede provocar pequeños atascos de vez en cuando. Para la comida en este sitio, aunque parezca raro, es peor, porque tiene cerca sólo dos chiringuitos y los dos o tres bares más próximos están cruzando la carretera y dejando la playa atrás. En el caso de Baleal, podías disfrutar de la playa a la vez que tomabas un refresquito o comías tu buen pescaíto a la plancha... 

Fortaleza de Peniche, final de la muralla que "encierra" el centro histórico del pueblo.

Óbidos: Este pueblecito no tiene playa, pero es precioso y merece la pena ser visitado. Mi mujer y yo fuimos tarde, sólo a pasear por la tarde-noche y la verdad es que nos quedamos con ganas de visitarlo de día. Sobre todo porque en verano convierten el casco histórico en un pueblo medieval muy conseguido, no como la típica recreación que sale en el Canal Sur, en el Andalucía Directo, con tres viejas disfrazadas con un atuendo muy raro y que dicen que van de la Edad Media. En este pueblo se hace en condiciones: llenan las calles de heno y barro, construyen casetillas de maderas y establos, se representan todos los oficios de la época, se engalana el castillo... en fin, que lo hacen bien. Además, para los que les guste el licor de cerezas, venden un producto muy rico de chocolate embadurnado en licor de cereza. Es muy bonito el pueblo y sólo está a media hora en coche de Ericeira.

Óbidos. Vista desde una almena de la muralla. El castillo del fondo se puede visitar.

Ericeira: Este pueblo nos encantó a mi mujer y a mí. Nos sorprendió muchísimo el ambiente tan chulo que había y, aunque reconozco que no es que yo sea muy surfero, se estaba super relajado y super metido en un pueblecito que no son más que cuatro calles estrechitas; un pueblo de pescadores que han visto cómo Ericeira cada vez tiene más fama, gracias a este "movimiento surfero", y que sus calles se llenan de turistas (sobre todo del norte de europa), alterando la normalidad; porque este pueblo tiene que ser casi fantasma en invierno... a no ser que, al igual que Tarifa, esté todo el año con cursos y turismo de surf. En este caso lo dudo, por el tema del frío. Pues aquí también hay varias playas: la primera es una pequeñita, muy juvenil, donde está el puerto pesquero. Está a los pies del centro histórico y puede ser la más cómoda para el tema de ir andando y comer cerca. También es perfecta para ver el atardecer... Aquí se puede comer o cenar en varios sitios riquísimos y muy baratos (salvo la marisquería):
  • Susent Bamboo Bar: En la Travessa do Jogo da Bola. En este sitio hay sándwiches, ensaladas, zumos, todo muy natural y "surfer" molón jajaja…. Es barato.
  • Lebre Escondidinho: En la Rua da Misericordia. Aquí ponen "Pregos", que son como unos montaditos riquísimos de ternera aliñada con ajito, y también hamburguesas. Muy, pero que muy barato. Merece mucho la pena
  • Mar das Latas: En la Rua Capitao Joao Lopes. Desde este sitio se puede ver la puesta de sol increíble, hay muchos tipos de tapitas, ensaladas y montaditos. Excepcional, fue el sitio que más repetimos, nos encantó. Muy barato.
  • Marisquería Mar a vista: Es algo más caro, pero también merece la pena probarlo, al menos una vez. Está justo encima de la playa de los pescadores.
  • Casa da Fernanda: Está "arriba" de la playa de los pescadores, donde empieza el pueblo. Es una increíble pastelería donde venden los "ouriços". No sé ni cómo describirlos... es como cabello de ángel, pero en bizcochito... vamos, ¡que me llevé una caja entera de vuelta a casa!

Atardecer en Praia do Pescadores

Después está la praia do Sul. Una playa con unas vistas preciosas, donde asoma un hotel subido a un acantilado y donde se ven unas puestas de sol preciosas también. Está mucho menos masificado, pero también hay que tener en cuenta que la marea sube bastante y la anchura de la playa es muy estrecha en algunos momentos. Aquí hay una placita cercana donde hay bares y restaurantes, pero no los hemos probado.
Hotel sobre acantilado en Ericeira. Es un poco caro, pero no tiene mala reputación en booking.es

Praia do Sul
Por último, Foz de Lisandro, la desembocadura o más bien entrada del mar, al río Lizandro (nunca llegué a saber si es con 'z' o con 's'). Esto sí que es un paraíso. Ojo, en dos veranos seguidos hemos comprobado cómo se ha ido masificando, poco a poco. Muchísimos surferos y escuelas con turistas, aparte que es donde el ayuntamiento se lleva a los chiquitines de los colegios en plan de "excursión". Aun así, al ser una playa tan extensa, se puede estar muy cómodos y sin agobios. Aquí, para comer, tenemos en el paseo marítimo:
  • Retiro na Bela Sombra: Con pescado a la plancha muy bueno y marisco. Precio medio, no muy caro para lo que se trata.
  • Barbatana. Comida “sana”, tipo sándwiches y ensaladas. Barato.
Panorámica de Foz de Lizandro

Vista desde acantilado de la playa Foz do Lizandro

Foz do Lizandro

Lo que más nos ha gustado de todas estas playas ha sido el precio en la restauración y el alojamiento. Una de las pegas que yo le veo a las playas de Cádiz y de Huelva es que piden un dineral por pasar una noche en un hotel en verano. Que sí, que esto funciona así. Pero creo que a estas provincias, que son las que más cerca tenemos nosotros (mi mujer y yo), se les han subido los humos y el precio está para madrileños o comunidades de mayor poder adquisitivo. Por eso, nuestra experiencia en Portugal ha sido magnífica: precios bastante baratos en comparación con el sur de España, playas muchísimo menos masificadas y, podría aventurarme a decir, que incluso algunas son más bonitas y paradisíacas. También es un poco lo que busques: si lo que quieres es algo familiar, con ir a Punta Umbría o alguna de estas cercanas ya te vale. Pero si quieres relax, descansar y desconectar en un sitio muy tranquilo, estas opciones que te he escrito aquí hoy son de lo más interesantes.

Probablemente el próximo verano no vayamos a Portugal, ¡por cambiar algo! Pero si alguien me pregunta, lo tengo claro. Estos sitios me los recomendó un compañero del trabajo, que le gusta mucho el surf, y que viajó con su mujer. Al que estoy enormemente agradecido, porque nos ha descubierto una zona chulísima y fantástica para descansar.

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