Ya viene con el cariño roto,
su cara bonita repleta de tristeza,
el corazón, más escondido que nunca.
La silla del columpio que se balancea sola.
Un carnaval sin máscaras ni confeti.
Otra noche y otro hombre.
Ahora por detrás, ahora por el coño.
La luz de neón, al menos,
le da un poco de color a su vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario