Me gustaría contaros cómo empecé a escuchar Carnaval. Puede que me sirva de introducción para lo que quería hoy escribir aquí y si no, pues ya os lo cuento y hacemos más largo el tocho.

Cuando tenía 5 ó 6 años, veía con mis padres la chirigota del Selu, siempre que salía en Canal Sur. No veía más de eso. Nos reíamos mucho. Es un genio del humor y lleva haciéndome reír casi 30 años el tío.

Conforme iba creciendo, Canal Sur fue ampliando la retransmisión. Pasaron a "resumir" las semifinales y empecé a conocer otros autores, como Juan Carlos Aragón (al que todavía se le podía llamar así), el Yuyu, el Love, el Sheriff... el catálogo de "genios del humor" fue creciendo y conocí la comparsa gaditana, de manos de otro genio como es Antonio Martínez Ares.

La locura por el Carnaval se iba desatando en mi casa poco a poco. No tenéis ni idea de hasta dónde llegó esa locura... otros sí sabréis algo.
La poesía de Martínez Ares me enganchó a la comparsa moderna que se estaba creando. Gracias a Canal Sur fuimos testigos los carnavaleros de fuera de Cádiz de esos momentos históricos, aunque aún poco reconocidos, de principios de los noventa.

Me enganché (y creo que no hay mejor manera de decirlo) a la chirigota de Juan Carlos Aragón. A sus puntos gordos, a su crítica dura y contra todo, a su musicalidad (rompedora para ser una chirigota) y a su "nivel cultural".

Cada vez que Manolo Casal salía en la tele me ponía nervioso, estaba deseando escucharlo para ver qué agrupación venía. Muchas madrugadas de febrero escuchándolo. A él y a Modesto Barragán.

Y otras noches, escondido en la cama, con la manta y la sábana hasta la coronilla, escuchaba a Juan Manzorro por la radio, presentando las agrupaciones, desde el principio del concurso: "Presentación de la comparsa... Tipo, Maripepa Marzo...".
Ya estaba enganchado, no había duda.

El Carnaval creció. Salió de Cádiz. Canal Sur fue el culpable. Todos los "extranjeros" fuimos capaces de seguir un concurso entero gracias a la televisión autonómica, que se atrevió a romper su parrilla semanal durante un mes, para poner una fiesta local, que se estaba convirtiendo en universal. ¿Se imaginan qué de catastróficas desdichas se hubiesen vertido sobre Canal Sur si durante una semana entera se pusieran 5 horas de feria de Abril? ¿Se imaginan las hordas de andaluces que invadirían el Parlamento para prohibir esas emisiones?

Canal Sur le dio la vida a una fiesta que siempre quiso ser localista. Solo dos o tres se atrevieron a salir a dar conciertos fuera de su provincia. Algunos vieron el filón que tenían en Sevilla y se acercaron por la Plaza San Francisco cuando ganaban (el filón era el que pagaba la Caja San Fernando, vaya, de Jerez, pero que invitaba a los ganadores del concurso a Sevilla, al día siguiente de la final, porque los sevillanos estaban empezando a amar esa fiesta vecina).

Y, en 2016, que haya una agrupación que proteste de cómo se trata su fiesta en un programa, que no se dé cuenta de que si no fuera por Canal Sur, el Carnaval sería esa fiesta tercermundista en la que solo participaban vecinos de la zona, algunos rimando "balón" con "melón", pero con el "taratachín", que es lo único que importaba, la verdad es que es bastante triste. Porque se han quedado estancados.

Eso en realidad es lo de menos, ellos sabrán cómo quieren su fiesta, allá ellos. Pero que una agrupación como la de Kike Remolino, tan querida en Sevilla, necesite de los términos "caseta" y "feria" para criticar a Canal Sur, eso sí que es pobre. Aparte de mostrar un evidente complejo de inferioridad, criticar a la cadena que te ha lanzado a un público tan numeroso, con contratos algunos años casi millonarios, de Sevilla, de Córdoba o como si es de Zimbawe, es de una torpeza monumental. Sí, está claro, el público del Falla, ese selecto público, se levantó y aplaudió el pasodoble como si fuera el gol de Iniesta en el mundial de Sudáfrica, como siempre que alguna agrupación critica algo que haya más allá del peaje, cosa que nunca entenderé.

Me gustaría saber qué dinero pone Canal Sur en el Carnaval de Cádiz. También quisiera saber la proporción de "dinero ganado fuera de Cádiz" vs. "dinero ganado dentro de Cádiz". O "dinero pagado por gente de Cádiz" vs. "dinero pagado por gente de fuera de Cádiz".

Si nos limitamos a lo que dice el pasodoble en sí, aparte de la falta de respeto a Modesto Barragán, criticar que India Martínez o un famoso del estilo cante un pasodoble es de paleto. Más quisieran algunos que un chaval de esos destrozara sus letras, como ya hiciera Alejandro Sanz con los Yesterdays, que a la mayoría de ellos se les cayeron los huevos y quisieron que viniera a pregonar las fiestas. Dicho sea de paso, uno de los pregones más aburridos de la historia del Carnaval.

Me la trae muy "al pairo" lo que le gusta a Cádiz y lo que no. Pero lo que me da muchísima pena es que Manolo Casal y Modesto Barragán, dos personas enamoradas de su tierra, orgullosos de su fiesta, locos por que se conozca lo que hay en su pueblo, que se han desvivido por el Carnaval, hayan sido "ofendidos" de la manera en la que fueron ofendidos en el Falla la pasada noche. Cuántas veces han defendido a una agrupación con respeto, teniendo que mantener el tipo y salvando las vergüenzas de un repertorio aburrido que no convencía ni al público de allí mismo.
Está claro que nadie es profeta en su tierra.

Yo, esta noche, volveré a encender la tele, buscando a Manolo. Y esperando a que me diga qué es lo que viene, quiénes son y qué curiosidad hay que conocer, que todos los días se aprende de Carnaval escuchando a estos señores.

Por cierto, Kike, en algunas casetas, preferimos un pasodoble de Carnaval a la Gozadera o a Pitbull, so cateto.

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