¡Hoy vamos a dar un paseito por Tánger!

Viviendo en Sevilla o Andalucía, tenemos a un tiro de nada poder coger un ferry y llegar a Tánger en muy poco tiempo. Es una suerte. Muchas veces he ido a Tarifa a bucear y he visto cómo zarpaban los ferrys llenos de guiris que iban a visitar la ciudad marroquí.

Así que este año, por mi cumple, mi novia y yo nos fuimos a pasar un fin de semana. Tuvimos la mala suerte de que hubo un temporal de levante y los ferrys dejaban de salir el sábado hasta el martes, así que sólo estuvimos la tarde noche del viernes y la mañanita del sábado, pero mereció mucho la pena y estoy deseando volver...

La final de la Supercopa de España de fútbol, al parecer, este año se va a celebrar allí, así que es una buena ocasión para visitar la ciudad, que está llena de historia y rincones maravillosos. ¡Empezamos!

Comenzamos nuestro itinerario en el puerto, inicialmente construido por los ingleses en el siglo XVII para convertir la zona en ciudad comercial, donde nos dejará el Ferry. Frente al puerto encontramos las murallas de origen portugués del siglo XV, restauradas por los ingleses y los Alauitas (¿habéis visto Lawrence de Arabia?). Junto a las murallas, está el mítico hotel Continental, donde se van a hospedar numerosos personajes célebres de los años 30 y 50, como Falcó -personaje literario de Pérez Reverte y del que me han gustado mucho sus aventuras-, y el edificio de la Aduana de 1882, construido por el sultán Muley Hassan, con tres grandes pórticos y representando un aspecto puramente marroquí. Cogeremos por aquí para llegar a nuestro hotel.

Hay que avisar que Tánger, sobre todo en la Medina, el centro histórico, es una maraña de calles empinadas y laberínticas en las que no es aconsejable ir viendo el GPS, puesto que la precisión no es muy exacta y es recomendable ir en taxi (muy barato) hasta lo más próximo a nuestro destino. Muchas veces, los alojamientos y hoteles ofrecen la posibilidad de ir a recogernos a donde lleguemos. Nosotros nos hicimos los chulos aventureros y nos arrepentimos, porque por la noche, la ciudad tiene cierto aspecto "intimidatorio" y puede que no sea muy agradable convertirse de dos turistas a un blanco perfecto de carteristas. Si tomas la opción de ir por tu cuenta, se te van a acercar el ciento y la madre de chavales ofreciéndose como guías. No hay que temer, no van a robar (algo que nuestros pensamientos "prejuiciosos" nos demuestran que somos unos racistas de narices), pero quieren una propina y al final del recorrido te la van a exigir.

Nosotros teníamos el hotel justo al lado del Museo de la Kasbah, que visitaremos el día siguiente, se llamaba Kasbah Ros. Sitio espectacular, un trato maravilloso y super servicial y amable. Nos encantó y nos dio lástima pasar sólo una noche.

La Medina

Vamos a darle un vueltorro completo a la medina, que es el casco histórico de la ciudad, viendo los puntos más importantes y callejeando un poco. Mirando en el Google Maps, parece un poco lioso, como comprobamos después. La gente del servicio del hotel nos recomendó ir con un guía, para que nos llevara por los puntos claves y los comercios donde solían ir los turistas. Por muy buen precio merecía bastante la pena, así que dijimos que sí, después de la experiencia del callejeo de la noche anterior... De todas formas, os describo el paseo que hicimos, por si queréis ir por vuestra cuenta o con un guía, pero diciéndole por dónde pasar:
Salimos del hotel y nos dirigimos de nuevo al Dar el Makhzen. Cogeremos la rue Ibn Abbou, debemos ver el palacio o fortaleza. Estamos en la parte alta de la medina. Aquí está la kasbah árabe, sede del poder tras la expulsión de los europeos, donde destaca el palacio de Dar El Makhzen, que construyó el Sultán Moulay Ismail; el palacio de Dar Chorfa y la antigua prisión construida en el reinado de Mouley Ismail. Cercano a las kasbahs están las tumbas del explorador Inb Battuta y el gran sociólogo Ibn Jaldun, de los siglos XIII y XIV. Se puede visitar con una entrada de 20 dirhams (10 dirham son 1 euro aproximadamente).

Volvemos a pasar por el Bab el-Assa, e iremos bajando la calle, como veníamos al principio. Pero al llegar al cruce con Melwiya seguiremos bajando. Cuando lleguemos a Rue Sbou, giramos a la izquierda y seguimos bajando. Pasaremos por una tienda de alfombras (“Bleu de Fes”) y una de antigüedades (“Boutique Majid”). En esta bifurcación que se produce, cogeremos por el ramal de la derecha, la calle Rue Almohades. Bajaremos y pasaremos cerca de una galería de arte (“Galerie Conil”. Sí, Conil, como el pueblo costero de Cádiz). Continuamos bajando hasta que no podamos más, que será cuando lleguemos al hotel Mauretania y la plaza “Petit Socco”.


El pequeño zoco era el foro romano. Era el símbolo y centro de la vida pública. Durante el siglo XX, esta plaza era centro de negocios de la ciudad con típicos cafés donde acudían importantes personajes de la época. Está el café Tánger, que parece interesante y casi “de época”.

Cogeremos la rue de la marine, por donde está esa cafetería. Pasaremos por la Mezquita Grande, emplazada en el lugar del antiguo capitolio romano y que fue catedral en época portuguesa. La actual mezquita fue reconstruida en el siglo XVII por el Pacha Rifi. Solo podemos ver el exterior y el minarete. Enfrente, está la misión franciscana española representada por la Iglesia de la Purísima y el palacio de Dar Niaba, primera residencia del embajador del sultán Mendub, de estilo renacentista.
Si continuamos, llegaremos a un cruce donde tendremos que girar a la derecha, para llegar a la puerta de origen romano Bab El Marsa, dominada por la Torre portuguesa Borj Hajoui. El trazado actual entre Bab El Marsa y la calle Siaghine es el eje directo que unió a estas dos puertas.

Ahora estaremos en el puerto prácticamente. Cogemos el paseo y nos adentramos por la Rue du Portugal. Avanzaremos hasta la rue d’Amerique, donde tendremos el Museo del Legado Americano (“tócala otra vez, Sam”), fundado en 1797.

Volvemos a Rue du Portugal y continuamos bajando hasta Rue de la Plage, donde giraremos a la derecha para llegar al Zoco Grande, que ahora se llama Place du 9 Avril 1947. Es una plaza comercial donde acudían los habitantes rurales de los alrededores. En 1917 se construye el gran palacio del Mendub con sus jardines, la mezquita de Sidi Bou Abib  y el Cine Rif.

El Gran Zoco, recibe el nombre de Plaza 9 de Abril de 1947 debido a que en dicha fecha histórica, el sultán Mohammed Ben Youssef realizó un gran discurso en el que se reivindicaba por primera vez la independencia de Tánger y el fin del dominio francés.

En este gran zoco, está la calle Rue de la Liberté, que es donde está el Fondouk Chejra y el mercado de los telares. Merece la pena su visita (no es fácil de situar exactamente con Google Maps. Está cerca del hotel Minzah, que también deberíamos visitar).
También hay una enorme cestería donde se puede comprar algo que nos guste.

La ciudad nueva

Vamos a la “ciudad nueva”, construida durante la época internacional. El 18 de diciembre de 1923 se abrió la era de la ciudad internacional de Tánger. Ese día se firmó el tratado del “Estatuto de la Zona Internacional de Tánger”, experiencia única en la Historia, en la que la administración de una ciudad se realizaría por varios países. Los efectos del tratado duraron hasta el 20 de octubre de 1956. La mayoría de los edificios no son visitables, al tener usos no turísticos o estar mal conservados. Buscaremos el Palacio del Minzha, en la calle de la Libertad, antiguo palacio y hoy hotel de lujo, donde destacan su patio y el jardín.

Seguimos bajando y llegamos a la plaza de Francia, con el Consulado de Francia y la sala de exposiciones Delacroix. En 1832, se crea la primera embajada de Francia, dirigida por el Conde de Mornay. Tras el conde, fue el pintor Eugène Delacroix cuyas pinturas orientalistas se convirtieron en una referencia en Europa. Tendremos el Café Paris, donde intelectuales como Jean Genet se sentaban en sus mesas.

Barrio de San Francisco

Ahora vamos a empezar a dar la vuelta y vamos a coger la avenida de Bélgica, desde la plaza de Francia. Llegaremos hasta la mezquita de Mohamed V y el santuario del patrón de la ciudad, Sidi Bou Arraquia, en la calle Hassan II, junto al antiguo cementerio, donde se celebra un importante moussem o romería. También tenemos la catedral española, obra modernista de 1956, y junto a ella la Misión franciscana. En su interior tenemos claustros y la tumba del Padre Lerchundi, prefecto católico de Marruecos a finales del siglo XIX, embajador, arabista, fundador de varias misiones cristianas en la costa Atlántica y de una importante obra social en la ciudad.

En la zona del antiguo Hospital Español está la Fundación cultural padre Lerchundi. Como curiosidad, cercano al consulado español, hay un monasterio carmelita, donde fabrican dulces muy ricos, y una misión de las Adoratrices. Vamos a seguir subiendo la Avenue Hassan II y vamos a cruzarnos con el Palacio de Moulay Hafid, antigua residencia de este sultán, posterior casa de Italia, construido en 1914, uno de los monumentos históricos más importantes de la ciudad, hoy centro cultural.

Barrio del Marshan

Ya estamos llegando a la zona de la meseta del Marshan, una de las mejor situada de la ciudad por las vistas al Estrecho. Terminando la avenida de Hassan II, nos encontramos a la derecha el estadio de fútbol, donde se jugará la final de la Supercopa de España. En el centro de una gran explanada, y a la izquierda, los jardines del Marshan, que bajan hacia el mar; con el palacio Real, rodeados de antiguos palacetes, entre ellos el Palacio del Mendoub, embajador del sultán, posterior casa del millonario americano Forbes y museo de miniaturas militares. Pero antes, vamos a coger hacia la derecha, para ver el Café Hafa, sobre el mar y con vistas al Estrecho de Gibraltar, mítico lugar de encuentro de intelectuales. También pasaremos por el Dar el Hana, antiguo consulado de Portugal, hoy centro de minusválidos.


Volvemos por el mismo camino que veníamos y ahora sí vamos por los jardines para llegar hasta el Palacio de Menebhi, neo árabe, de 1904. Cuenta con un elegante pabellón inglés que tiene vistas al Estrecho de Gibraltar.
Por esta zona también hay más cosillas, pero hay que tener tiempo para poder verlas con detenimiento. También hay algo por la zona de la playa y el puerto, pero bastante alejado de nuestro hotel y para caminar sería un pateo enorme, por lo que en un día es bastante difícil visitar. Así que ya podemos volver a nuestro hotel o disfrutar de las vistas por esta zona, o seguir paseando, o volver a donde nos haya gustado mucho estar…

Hasta aquí fue nuestra visita, que dio mucho de sí, aunque estuvimos muy poco tiempo. Recomiendo completamente este viaje, de hecho, estoy deseando volver para visitar la ciudad con más tranquilidad y más detalladamente. Hay muchísimas cosas más que ver en Tánger, pero nosotros por el tiempo y el problema que tuvimos con el ferry, no pudimos verlas.

A continuación, os pongo unos vídeos de nuestra visita, para que veais lo colorida que es la ciudad y lo bonito que es perderse por esos callejones... ¡con un guía, claro! Espero que os haya gustado y visitéis pronto la ciudad de Tánger.

Vista de la Medina desde la habitación del hotel:




Visita al mercado del Petit Soco:



Paseo por las calles de la Medina:

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