Lo de Gerald Brenan en Yegen no terminó bien. Al menos, no para todos. Una truculenta y dolorsa historia de amor empaña la relación del inglés con el pueblo alpujarreño. Hay una muchacha de quince años, un embarazo a base de intentos y una despedida con el regreso pactado, para arrancar una niña de brazos de su madre para siempre. No sé si he dejado a mi mujer embarazada, pero yo no espero placas ni azulejos recordando mi visita. Pero tengo que volver.

    El sol en la cara calienta lo que la brisa intentó congelar en cuanto salí a la terraza. Las mermeladas brillan sobre la hogaza de pan tostado como por la noche lo hacían varias casitas sueltas en la sierra, convirtiendo el escenario en un Belén viviente, sin niño Jesús. Por lo incómodo del camino y el horario de salida, no puedo dar un último paseo. Pero mientras desayuno, acompaño al chorro que suena en la fuente hacia abajo. El burro obrero vuelve a mirarme, los hombres con gorras hincadas y bastones de un tronco tallado por ellos mismos sueltan un ruido parecido a un saludo. Las cáscaras de las almendras sirven como huellas que dejé en mi primer paseo, de camino al Peñón del Fuerte. La persiana medio descolgada de la casa abandonada de la Juliana, la "sal" de Brenan, vuelve a mecerse a mi paso y sigue pendiendo de una puntilla con solera. "Recuerdos de la Alhambra" suena cuando alzo la vista al horizonte. Las lucecitas sueltas y dispersas se han convertido en charcos de leche derramada en mitad de la serranía. Un golpe de aire vence por un momento al calor del sol y me da un repeluco que me despierta del paseo. Hay gente que necesita gafas de realidad virtual.

    Gerald Brenan murió en Málaga, en 1987. El año que yo nací. La última vez que estuvo en Yegen fue en 1982, casi cincuenta años después de su marcha, de nuevo a Inglaterra y Francia. No pienso esperar tanto para volver a escuchar la canción eterna del agua de sus fuentes, como dijo Lorca.



2 comentarios:

  1. Terminada tu "serie Yegen" me pregunto: ¿cuánto duraran estos pueblos así? Después del confinamiento, en junio, estuve un fin de semana en Laroles (rozando la frontera almeriense) y como bien cuentas es todo calma y silencio... tanto que a veces asusta. Los mayores se van yendo y la inaccesibilidad de estos pueblos tampoco ayuda. Solo los de entrada (Lanjarón "puerta de las Alpujarras", Órgiva, Bubión y Pampaneira) se salvan por el turismo curioso que disfruta ensimismado pero se vuelve a su núcleo urbano con salida a la autovía y un centro comercial a mano.

    En fin, no aporto nada nuevo. A veces le doy vueltas al tarro pensando de qué maneras se podrían revitalizar estos pueblos maravillosos que no pueden (ni deben) dar lo que una ciudad pero sí muchas otras cosas. Si aún encontrando algunas fórmulas realmente hay gente que quiera vivir en ellos o el efecto "quiero mi jardin" durara lo que lo haga el virus. En fin, si fuera tan obvio ya alguien habría propuesto ideas (o no).

    Para la próxima, una visita al puerto de Pítres (https://www.laovejaverde.es/es/blog/post/4095/El-'puerto'-de-Pitres---Alpujarra) o a las muchas fiestas de Ugíjar, que no es un pueblo tan pequeño (y tiene un acceso un poco mejor).

    Yo tengo curiosidad por la alpujarra almeriense, todos esos pueblos que quedan al otro lado de la carretera del puerto de la Ragua que corta la Alpujarra en dos (la única que se atreve a cortar Sierra Nevada de norte a sur). Si Yegen ya suena bien poco, a ver qué cara pone cualquiera cuando le digas que has ido de puente a Ohanes, Almócita o incluso al un poco más grande Laujar de Andarax. Tantas joyas por disfrutar y tan bien escondidas.

    Un abrazo.

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  2. Exacto. En el paseíto lo iba pensando. Había gente joven, pero muy poca. Un par de chavales se dedicaban a la huerta y el otro chico a la administración del alojamiento... Es complicado. Los que son "puerto de montaña" para entrar en Sierra Nevada, por el turismo, pueden ser más famosos. Lo que pienso es que si esos pueblos tan pequeños han durado siglos, pueden seguir vivos. Supongo que gracias al autoconsumo y a una economía casi independiente de lo foráneo. Lo que no quita que tenga ingresos extras con alojamientos como el que fui.

    Apunto los pueblos que comentas, de hecho, quise conocer Ugijar, pero me fue imposible... Y los que están por Almería ya era demasiado lejos.

    Muchas gracias por leer y comentar! Un abrazo 😉

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